Andador y bastón: cuándo recurrir a ellos

Dicho lo anterior, ¿es el andador la mejor opción en todo caso? ¿Existen circunstancias en las que es mejor recurrir a un bastón? ¿Cuándo es recomendable usar uno o el otro? A continuación, tratamos de despejar estas dudas y orientarte por si te encuentras ante la disyuntiva de elegir.

Cuando hay dificultades para caminar, ya sea por el deterioro propio de la edad o por circunstancias sobrevenidas, hay opciones para que esta tarea resulte más sencilla. Dos de las principales son los andadores y los bastones.

En el primer caso, es una ayuda técnica muy útil para personas de edad avanzada o que se recuperan de operaciones o lesiones. Existen modelos variados, incluso andadores con carro de la compra. De hecho, muchas personas pueden llevar una vida relativamente autónoma y mitigar riesgos de caídas gracias a un andador.

Por su parte, los bastones cumplen una función similar. No obstante, no aportan la misma estabilidad, aunque, por contra, permiten una mayor maniobrabilidad.

Las personas que necesitan alguno de los dos, a menudo también requieren otros apoyos, que pueden incluir:

Estas y otras opciones contribuyen a mejorar la calidad de vida y proporcionar una mayor autonomía. Con ello, no solo se logra una mayor funcionalidad, sino que se mejora la autoestima y la sensación de bienestar. Cuando tienes un problema de salud que te obliga a utilizar alguno de estos recursos, lo más habitual es que requieras entornos adaptados y accesibles. Por lo tanto, resulta esencial dotarse de las mejoras necesarias para llevar una vida lo más normalizada posible.

¿Cuándo es preferible priorizar el andador?

La decisión de utilizar un andador o un bastón depende de la naturaleza y gravedad de las limitaciones de movilidad. Si bien el bastón es ideal para problemas leves, como la inestabilidad ocasional, el andador se vuelve imprescindible en situaciones donde se requiere un mayor apoyo y equilibrio.

Priorizar el uso del andador sobre el bastón se justifica cuando la debilidad en las piernas es considerable o cuando existe un riesgo elevado de caídas. En este caso, proporciona un mayor apoyo, con una base más amplia, por lo que resulta ideal para quienes necesitan estabilidad adicional.

Además, son preferibles en entornos donde la superficie es irregular o hay obstáculos. Mejoran la postura y son de gran ayuda para las personas cuidadoras, que no tienen que emplear tanta fuerza para acompañar en los desplazamientos.

No obstante, cuando la persona se encuentra en un proceso de recuperación, es posible que, en algunas ocasiones, sea recomendable el bastón. Con él, puede ir recuperando una mayor estabilidad y equilibrio.

De la misma manera, con personas mayores que aún tienen margen de mantenimiento o incluso mejora, el bastón puede suponer un desafío que les impulse a superarse. Es decir, siempre con la supervisión y una prevención de riesgos adecuada, podría ser aconsejable que lo utilizaran en determinados momentos. En este caso, ese uso sería alternando ambos dispositivos y siempre con observación y la recomendación de una persona especialista.

Consejos para adquirir un bastón o un andador

Llegados a determinados momentos vitales, ya sea por accidentes o por pérdida de movilidad aparejada al envejecimiento, hay que contar con ambos dispositivos. Lo mejor es emplear cada uno de ellos cuando resulte más cómodo y seguro. Habrá circunstancias leves en las que el bastón sea suficiente, mientras que otras, por su gravedad, requieran el andador.

Sea como sea, es crucial adquirir siempre ayudas técnicas y productos ortopédicos de primera calidad. Estas son algunas recomendaciones para lograrlo:

  • Asesoramiento experto. Hay profesionales, como fisioterapeutas y ortopedistas, que pueden orientar de forma rápida y efectiva. Sabrán cuál es la mejor opción en cada momento, además de conocer las mejores marcas, modelos y materiales.
  • Personalización. Toda ayuda técnica ha de ajustarse correctamente a la altura para garantizar un soporte efectivo.
  • Ligereza. Cualquier dispositivo con una finalidad como esta tiene que pesar poco y ser de fácil manejo, pues la maniobrabilidad es esencial.
  • Comodidad. En el caso de los andadores, los hay con asientos por si te cansas en medio del trayecto, frenos o bolsas para guardar enseres.

Decantarse por un bastón o un andador depende de la gravedad de las limitaciones de movilidad. Además, es recomendable que consultes con profesionales de la salud para asegurarte de que escoges la mejor alternativa. De tomar una buena decisión depende, en gran medida, el bienestar y calidad de vida de la persona dependiente.